Paciente de 37años con hernia discal posteromedial.
Hace un mes vino a la consulta E.C.P, de 37 años, fuerte, deportista, activo y vital. El es fisioterapeuta y su pareja osteópata, una buena osteópata, ella había trabajado conmigo y me pidió ayuda porque su marido se había quedado bloqueado de las lumbares y con una sintomatología neurológica en la pierna izquierda. En la RMN se anunciaba una hernia posteromedial en l3-l4 extruida y con compresión del saco dural y una gran hernia posteromedial en l4-l5 lateralizada a la izquierda y descendida hasta la mitad del cuerpo de L5. Realmente un buen "diagnostico clínico" para un paciente tan joven.
A veces, aunque tengamos todas las herramientas a nuestro alcance, no solemos poder ayudar a los más allegados, no podemos ser neutros y nuestras manos no sienten lo mismo, así que en muchas ocasiones, debemos recurrir a compañeros de oficio para que nos tiren un cable.
Hicimos un hueco y al poner las manos su cuerpo manifestaba grandes compensaciones. Por un lado, su punto medio de estabilidad estaba desplazado hacia la izquierda ( aproximadamente 1,5-2 mts) debilitando su lado derecho, su pelvis compensaba esta fuerza hacia la derecha, arrastrando todo el potencial de salud del cuerpo hacia el mismo lado debilitando todo el lado izquierdo, ( por eso la aparición de esas hernias).
Trabajamos con el cuerpo para armonizarlo, primero dando un buen lugar a su punto medio, en segundo, liberando la pelvis de tal carga, tercero abriendo realmente el lado derecho de su cuerpo y para terminar el mismo potencial de acción se traslado a un punto más óptimo. Trabajamos sin fuerza, simplemente escuchando y reorganizando los tejidos.
Hoy ha venido, por segunda vez, su cuerpo mucho más estable, sin apenas sintomatología neurológica ( solo en la punta del dedo del pie izquierdo) y todo su cuerpo con más empoderamiento. Valorando el cuerpo, hemos visto que la subastragalina izquierda todavía no trabajaba libremente, así que simplemente hemos liberado la subastragalina izquierda, terminar de armonizar ese punto medio y integrarlo todo en el sistema nervioso para que la lesión no se repita. El pronóstico ha pasado de posible IQ a vida normal, con moderación evitando grandes impactos y grandes pesos.
La verdad es que trabajar con pacientes así resulta fácil y agradecido y lo más sorprendente de todo es que se pueden conseguir cambios sin tener que hacer un gran esfuerzo. Simplemente escuchar y mover los engranajes en la posición correcta.