QUIEN SOY

30.11.2020

Me voy a presentar un pelin, me llamo Eulàlia Mascaró, aunque todo el mundo me conocen como Lali, ( o bien como la madre de Martina, o la madre de Miquel o la madre de Queralt), Si, has leído bien, soy madre de 3 personalidades muy peculiares, intensas y emocionantes, así que poco tiempo tengo para aburrirme, o leer o estudiar, pero a pesar de ello, siempre miro de avanzar y de aprender.  

Soy Menorquina de sangre, pero con un "deje" Catalán y encantada de ello.  Aunque proceda de la isla de la calma, siempre me va el movimiento y el estar activa y presente, si no es con los cursos, lo es con el trabajo y sino con los deberes de mis hijos. No se como me lo monto, que si no tengo algo entre manos me siento vacía. Siempre me han considerado algo peculiar, todavía no sabría decirte en qué, pero cada vez tengo más claro que mi visión del mundo difiere de los demás, no es mejor ni peor, simplemente diferente.

Ya de pequeña siempre veía las cosas con desde prespectiva. Empecé mis estudios de primaria con dificultades para el aprendizaje, todo el mundo me decía que no serviría para nada, pero yo algo persistente continuaba avanzando sabiendo que llegaría a lo que jo quería. Al pasar a mis estudios de secundaria pasaba lo mismo, y yo, erre que erre continuaba mi camino. En el último curso, mis magníficos profesores ya daban por hecho que no llegaría muy lejos pero al iniciar mis estudios vocacionales de fisioterapia, todo cambió, las cosas empezaron a ser fáciles, los conceptos entraban mejor en mi cabeza, mis manos empezaron a escuchar tejidos y condiciones hasta que vi que me quedaba corta y con falta de herramientas. Así que haciendo caso a mis sabios padres me metí en el gran viaje de la Osteopatia, para mí, mi gran pasión, mi gran vocación, el sentido de mi trabajo y de mi vida, y  empezando a notar más resultados en mis pacientes, haciendo que cada paciente fuera un nuevo reto para mi.

Pero las cosas no fueron fáciles, ni mucho menos. Ya en primero mis manos notaban cosas difíciles de explicar, sin poder poner palabras todavía, sin poder ser precisa pero sabía que algo se cocía. 

Era curioso porque, si hacía lo que mis tutores me enseñaban, mis pacientes no terminaban de mejorar, pero si me proponía a escuchar lo que el cuerpo quería expresar, las cosas empezaban a funcionar y los pacientes a cambiar. Así que muy a menudo tenía que jugar un doble papel, aprender lo que se me enseñaban y ejecutar lo que sentía. Os podéis imaginar que "show" tenía mi cabeza.

Con los años he ido aprendiendo que mis manos escuchan, escuchan el lenguaje que el cuerpo manifiesta y hacen lo que él  pide. Todavía recuerdo las palabras de una paciente por el año 2011 que decía "Lali, es bonito ver como tus manos hablan con el cuerpo de mi hermana..." He mirado de leer artículos y actualizarme con los avances y los artículos de actualidad, pero no os voy a engañar, mi manera de ser hace que no pueda entender un artículo como tal ni guiarme por la información leída. Para mí, cada paciente es diferente, con un entorno y unas condiciones diferentes, así que no puedo protocolizar o estandarizar a la gente. Lo he intentado muchas veces, pero no lo consigo, ya que cada vez estoy mas convencida que uno se lesiona cuando no puede compensar el entorno que le rodea. Así y ya para terminar, os comentaré que todo lo que pueda expresar, manifestar, enseñar, traspasar... es gracias a todo lo recibido por los poros de mis manos, o mejor dicho, a los poros de mi cuerpo.